Las habitaciones son como una nube suave que te abraza al entrar, disfrutando de vistas al mar que quitan el aliento. Desde la terraza, los atardeceres son tan espectaculares que podrían servir como portada de revista. El spa ofrece tratamientos que te dejan más relajado que un gato en la soleada playa.

Falta de servicio de playa

Las habitaciones son acogedoras y bien decoradas, ideales para una escapada romántica. La proximidad de la piscina a las habitaciones le da un toque especial, y aunque el desayuno podría mejorar, logra sacarte de apuros en las mañanas.

Este lugar no es exactamente "frente a la playa". hay que cruzar una calle muy transitada y un sendero entre la vegetación. En la playa, los camastros son escasos y carecen de sombra, lo que puede ser incómodo, y la falta de hielo para las bebidas es un detalle que podría mejorar. El desayuno, aunque tiene lo básico, no es muy variado y la consistencia de la comida puede fluctuar, como el pollo duro en las enchiladas.

mi experiencia en este hotel fue increíble. la habitación con vistas al mar era preciosa y amplia, perfecta para descansar. además, el personal fue muy amable, ayudándome a organizar mis actividades en la isla, lo que superó mis expectativas.

la conexión de wi-fi era mala.